Limpieza de instrumentos de metal: Trombón. 

LIMPIEZA DEL TROMBÓN

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestro trombón necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

Mantenimiento diario:

Se recomienda que antes y después de cada uso se lubrique la vara con su lubricante correspondiente; esto previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene vaciar todas las bombas y la vara de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la vara son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlos por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestro trombón permanecerá limpio por más tiempo. El rotor se deberá lubricar con unas gotas de aceite específico tanto antes como después de su uso.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta suave cualquier resto de saliva o humedad.

Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestro trombón, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Para ello se debe sacar la vara de su lugar y eliminar los restos de lubricante que pueda haber en ambas partes; después, aplicar el nuevo lubricante de la forma habitual.

En cuanto a las bombas, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Una forma efectiva de desengrasar, tanto las bombas como el cilindro y la vara es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

Deberemos lubricar el rotor con su aceite correspondiente y también las rótulas del mecanismo de la palanca para que no hagan ruido o se bloqueen. Existen productos específicos que preservan del desgaste y la aparición de posibles holguras. Con este sencillo hábito lograremos disminuir sustancialmente el ruido del mecanismo y futuros problemas de desgaste y holguras que se puedan producir.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. Para ello necesitaremos un recipiente en el que quepa nuestro instrumento, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas), además de cepillos y varillas para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento vigilando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de desagües, etc. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente el instrumento con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente lo debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien el cilindro y su camisa, las bombas, la vara y después lubricarlos de la forma habitual.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia cristales).

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu trombón.

A continuación os detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica.  En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consultar en marimalmazan@gmail.com

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües. Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero si lo precisa.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Vara. Holgura, gripadas o rayas importantes, golpes, combamiento de las varas. Deterioro de los topes de goma, funcionamiento del seguro.
  • Rotor. Funcionamiento con fluidez, golpes en el rotor, topes de goma/silicona rotos o desgastados, holgura en las rótulas del mecanismo, mal estado de la cuerda (si el modelo lo lleva) o falta de tensión de la misma.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bombas, codo de la vara, tuberías interiores, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas del rotor, etc.