Mantenimiento de viento-madera

Consejos y mantenimiento del clarinete

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el clarinete es un instrumento bastante frágil, por lo que hay que evitar cambios de temperatura, golpes, etc.

A continuación presento una serie de acciones que hay que realizar para mantener el clarinete en las mejores condiciones:

– Primeramente hay una norma básica y es que tras tocar siempre hay que limpiar y secar el clarinete. Para ello necesitamos un trapo con un peso, antes de introducir el trapo en el instrumento debemos fijarnos en que no tenga nudos en el hilo, para que no se atasque, en caso de que se atasque, no se debe forzar ya que si está enganchado en un saliente se rompería y no habría forma de arreglarlo, por lo que lo que se debe hacer en caso de que se atasque es tirar en sentido contrario muy lentamente. El trapo no se debe humedecer con agua o jabón ya que la madera se puede dañar. En cuanto al mantenimiento de las llaves y las zapatillas se pueden limpiar y secar pero a la hora de profundizar en su cuidado es mejor que lo haga un lutier.

– En cuanto a la desinfección de la boquilla, que es la parte del instrumento que más bacterias coge, es necesario, de vez en cuando, que llenemos un vaso de vinagre e introduzcamos dentro la boquilla con la parte superior para abajo. Después con un cepillo de dientes frotemos todas las partes para eliminar los restos que pueda haber y finalmente, enjuaguemos la boquilla con agua caliente y sequemos. De este modo, la boquilla quedará perfectamente limpia.

– El clarinete siempre tiene que estar en su funda para mantener la temperatura correcta y no se debe dejar en lugares en los que esté expuesto a temperaturas severas ya que sufrimos el riesgo de que se agriete.

– Tenemos que tener especial cuidado con las caídas que sufra el clarinete, cualquiera de ellas puede hacer que se rompa y no tenga solución y si la tiene que no sea del todo buena.

– No debemos dejar tocar nuestro clarinete a todo el mundo, ya que corremos peligro de que se caiga el instrumento, se rompa la caña, etc.

– Cada cierto tiempo, uno o dos años, debemos llevar nuestro instrumento a un lutier para que le de un repaso, cambie las zapatillas, limpie las llaves y repase si hay grietas.

Aunque pueda parecer un detalle sin importancia, el no limpiar la grasa sobrante de los corchos que queda en la madera de las espigas, puede resultar muy perjudicial para la madera de nuestro instrumento ya que se taponan los poros con la suciedad de esta parte, provocando que la madera no pueda transpirar, lo que puede llegar a propiciar una grieta, especialmente en la espiga superior del cuerpo superior.