Mantenimiento de viento-metal

Trompa

LIMPIEZA DE LA TROMPA

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestra trompa necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

 Mantenimiento diario:

Se recomienda que antes y después de cada uso se lubriquen los cilindros con su aceite correspondiente, tan sólo unas gotas en cada uno de los cilindros es más que suficiente. Con esto se previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene limpiar todas las bombas de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la bomba principal son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlos por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestra trompa permanecerá limpia por más tiempo.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta suave cualquier resto de saliva o humedad

 Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestra trompa, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Los rotores, en según qué modelos, tienen cierta dificultad de desmontaje y limpieza interior, por lo  que si no estamos seguros, debemos dejarlo en manos de profesionales. Si son fáciles de desmontar, eliminar los restos de aceite que pueda haber; después, lubricar con aceite de la forma habitual y con un aceite específico engrasar las rótulas y partes móviles del mecanismo de palas. Con este sencillo hábito lograremos disminuir sustancialmente el ruido del mecanismo y futuros problemas de desgaste y holguras que se puedan producir. En los mecanismos de hilo, habrá que revisar el estado de los mismos y si la tensión es la adecuada.

En cuanto a las bombas, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Una forma efectiva de desengrasar tanto las bombas como los cilindros y sus camisas es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. Para ello necesitaremos un recipiente en el que quepa nuestro instrumento, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas) y cepillos varios para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento, cuidando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de desagües, etc. Habrá que preservar las cuerdas (si las tiene) de ser mojadas. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente el instrumento con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien las camisas, los cilindros y las bombas, después lubricarlos de la forma habitual.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia cristales). Con el acabado en crudo se puede usar limpia-metales, pero al poco tiempo volverá a oxidarse y recuperará su pátina mate.

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu trompa.

A continuación detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica. En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consulta en MARIM LUTIER

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües. Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero tipo Amado.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Funcionamiento con fluidez, golpes en el cilindro, topes de goma/silicona rotos o desgastados, holgura en las rótulas del mecanismo, mal estado de la cuerda (si el modelo lo lleva) o falta de tensión de la misma.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bomba general, codos de bombas, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas de los cilindros, etc.

 

Trompeta

LIMPIEZA DE LA TROMPETA

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestra trompeta necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

 Mantenimiento diario:

Se recomienda que antes y después de cada uso se lubriquen los pistones con su aceite correspondiente; tan sólo unas gotas en cada uno de los pistones aplicadas en la zona de fricción con la camisa es más que suficiente. Con esto se previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene limpiar todas las bombas de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la bomba principal son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlo por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestra trompeta permanecerá limpia por más tiempo.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta suave cualquier resto de saliva o humedad.

Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestra trompeta, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Para ello se debe desmontar los pistones de su camisa y eliminar los restos de aceite que pueda haber en ambas partes; después, lubricar con aceite de la forma habitual. Una forma muy efectiva de desengrasarlos es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

En cuanto a las bombas, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. Para ello necesitaremos un recipiente en el que quepa nuestro instrumento, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas) y cepillos varios para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento vigilando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de tope de bomba, desagües, etc. Habrá que preservar los fieltros (si los tiene) de ser mojados. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo, y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente el instrumento con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien las camisas, los pistones y las bombas, y después lubricarlos de la forma habitual.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia-cristales).

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu trompeta.

A continuación detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica. En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consulta en marimalmazan@gmail.com

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües. Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero tipo Amado.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Pistones. Holgura, gripadas o rayas importantes, estado de las guías y muelles.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bomba general, codos de bombas, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas de los pistones, etc.

 

Trombón

LIMPIEZA DEL TROMBÓN

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestro trombón necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

Mantenimiento diario:

Se recomienda que antes y después de cada uso se lubrique la vara con su lubricante correspondiente; esto previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene vaciar todas las bombas y la vara de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la vara son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlos por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestro trombón permanecerá limpio por más tiempo. El rotor se deberá lubricar con unas gotas de aceite específico tanto antes como después de su uso.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta suave cualquier resto de saliva o humedad.

Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestro trombón, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Para ello se debe sacar la vara de su lugar y eliminar los restos de lubricante que pueda haber en ambas partes; después, aplicar el nuevo lubricante de la forma habitual.

En cuanto a las bombas, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Una forma efectiva de desengrasar, tanto las bombas como el cilindro y la vara es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

Deberemos lubricar el rotor con su aceite correspondiente y también las rótulas del mecanismo de la palanca para que no hagan ruido o se bloqueen. Existen productos específicos que preservan del desgaste y la aparición de posibles holguras. Con este sencillo hábito lograremos disminuir sustancialmente el ruido del mecanismo y futuros problemas de desgaste y holguras que se puedan producir.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. Para ello necesitaremos un recipiente en el que quepa nuestro instrumento, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas), además de cepillos y varillas para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento vigilando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de desagües, etc. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente el instrumento con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente lo debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien el cilindro y su camisa, las bombas, la vara y después lubricarlos de la forma habitual.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia cristales).

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu trombón.

A continuación os detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica.  En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consultar en marimalmazan@gmail.com

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües. Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero si lo precisa.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Vara. Holgura, gripadas o rayas importantes, golpes, combamiento de las varas. Deterioro de los topes de goma, funcionamiento del seguro.
  • Rotor. Funcionamiento con fluidez, golpes en el rotor, topes de goma/silicona rotos o desgastados, holgura en las rótulas del mecanismo, mal estado de la cuerda (si el modelo lo lleva) o falta de tensión de la misma.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bombas, codo de la vara, tuberías interiores, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas del rotor, etc.

 

Tuba

LIMPIEZA DE LA TUBA

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestra tuba necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

Mantenimiento diario:

Siempre se recomienda que antes y después de cada uso se lubriquen los cilindros con su aceite correspondiente; tan sólo unas gotas en cada uno de ellos es más que suficiente. En el caso de los pistones actuaremos de igual forma, aplicando el aceite en la zona de fricción del pistón con la camisa. Con esto se previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene limpiar todas las bombas de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la bomba principal son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlos por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestra tuba permanecerá limpia por más tiempo.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta  suave cualquier resto de saliva o humedad.

Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestra tuba, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Los rotores, en según qué modelos, tienen cierta dificultad de desmontaje y limpieza interior, por lo  que si no estamos seguros, debemos dejarlo en manos de profesionales como los técnicos de MARIM. Si son fáciles de desmontar, eliminar los restos de aceite que pueda haber; después, lubricar con aceite de la forma habitual y con un aceite específico engrasar las rótulas y partes móviles del mecanismo de palas. Con este sencillo hábito lograremos disminuir sustancialmente el ruido del mecanismo y futuros problemas de desgaste y holguras que se puedan producir. En el caso de los pistones, desmontarlos de su camisa y eliminar los restos de aceite que pueda haber en ambas partes; después lubricar con aceite de la forma habitual.

En cuanto a las bombas, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Una forma efectiva de desengrasar, tanto las bombas como el cilindro y la vara es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. En el caso de las tubas es complicado manejarlas e introducirlas en algún recipiente con agua debido a su tamaño; realizaremos una limpieza a fondo de las partes móviles del instrumento y la limpieza del cuerpo la realizaremos con las correspondientes varillas y cepillos. Necesitaremos un recipiente en el que quepan las piezas, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas) y cepillos varios para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento, vigilando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de desagües, etc. Habrá que preservar los fieltros (si los tiene) de ser mojados. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo, y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien los cilindros, las camisas y las bombas y lubricarlos de la forma habitual.

El cuerpo del instrumento se puede limpiar con cepillos y varillas empapados con una solución jabonosa. Después enjuagar y retirar el sobrante con agua limpia.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia cristales). Con el acabado en crudo se puede usar limpia-metales, pero al poco tiempo volverá a oxidarse y recuperará su pátina mate.

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu tuba.

A continuación detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica. En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consulta en marimalmazan@gmail.com

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües. Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero tipo Amado.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Funcionamiento con fluidez, golpes en el cilindro, topes de goma/silicona rotos o desgastados, holgura en las rótulas del mecanismo, mal estado de la cuerda (si el modelo lo lleva) o falta de tensión de la misma.
  • Pistones. Holgura, gripadas o rayas importantes, estado de las guías y muelles.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bomba general, codos de bombas, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas de los cilindros, etc.

 

Corneta

LIMPIEZA DE LA CORNETA 

Una de las carencias más generalizadas en el uso de los instrumentos de viento metal es la falta de cuidados y de revisión del instrumento. Como si de un coche se tratase, nuestra corneta necesita de unos cuidados específicos cada vez que la usamos, una limpieza y ajuste periódicos y una revisión general. De este modo aseguraremos una larga vida a nuestro instrumento y un funcionamiento óptimo.

Mantenimiento diario:

Siempre se recomienda que antes y después de cada uso se lubrique el rotor con su aceite correspondiente; con tan sólo unas gotas es más que suficiente. Con esto se previene la corrosión por humedad y por el PH ácido de la saliva. Después del uso del instrumento, conviene limpiar todas las bombas de posibles restos de saliva y agua.

El tudel y la bomba principal son las partes que más suciedad y peligro de corrosión padecen. Si es posible limpiarlos por dentro (trapo con varilla, cepillo flexible, etc.) nuestra corneta permanecerá limpia por más tiempo.

En cuanto a la parte externa, debemos retirar con una bayeta  suave cualquier resto de saliva o humedad.

 Mantenimiento periódico:

Según el uso y cuidado que le prestemos a nuestra corneta, variará la necesidad y la frecuencia de realizar un engrase y lubricación de una forma más exhaustiva. Los rotores, en según qué modelos, tienen cierta dificultad de desmontaje y limpieza interior, por lo  que si no estamos seguros, debemos dejarlo en manos de profesionales como los técnicos de MARIM. Si son fáciles de desmontar, eliminar los restos de aceite que pueda haber; después, lubricar con aceite de la forma habitual el rotor.  En el caso de los pistones, desmontarlos de su camisa y eliminar los restos de aceite que pueda haber en ambas partes; después lubricar con aceite de la forma habitual.

En cuanto a las bombas y el tudel, desmontarlas y retirar los restos de grasa que pueda haber, dejándolas completamente secas. A continuación lubricar con grasa o aceite para tal menester, retirando el sobrante una vez montadas.

Una forma efectiva de desengrasar, tanto las bombas como el rotor es usando alcohol de quemar, vinagre de manzana o gasolina, pero hay que ir con cuidado si nuestro instrumento es lacado, ya que afecta a su durabilidad.

Cada cierto tiempo (suele variar según los casos, de 1 a 3 meses), debemos realizar una limpieza y puesta a punto general. Para ello necesitaremos un recipiente en el que quepa nuestro instrumento, trapos y bayetas suaves, jabón desengrasante (tipo lavavajillas) y cepillos varios para la limpieza interior.

Desmontaremos completamente el instrumento, vigilando de no extraviar las piezas pequeñas como tornillos de tudel, desagües, etc. Habrá que preservar los fieltros (si los tiene) de ser mojados. Introduciremos todas las partes del instrumento en el recipiente con agua templada y jabón, de forma que lo cubra por completo y lo dejaremos actuar entre 20 y 40 minutos.

A continuación, limpiar internamente el instrumento con los cepillos o varillas correspondientes y enjuagar con agua limpia. Seguidamente debemos secar con un trapo suave el exterior y vaciar los restos de agua que queden en el interior; secar bien los rotores o pistones, las camisas y las bombas y lubricarlos de la forma habitual.

La parte exterior podemos limpiarla con bayetas o, si persiste la suciedad, usar un producto específico. En acabados en plata podemos usar limpia-platas que existen en el mercado, nunca limpia-metales, ya que son abrasivos y desgastan el material. En acabados en oro tan sólo con una bayeta le sacaremos brillo. Los acabados en laca no se deben limpiar ni con limpia-metales ni limpia-platas, tan sólo sacar brillo o, en caso extremo, usar algún producto específico para lacas o barnices (tipo limpia cristales). Con el acabado en crudo se puede usar limpia-metales, pero al poco tiempo volverá a oxidarse y recuperará su pátina mate.

Es recomendable introducir en el estuche alguna bolsita antihumedad, que ayudará a preservar nuestro instrumento cuando permanezca cerrado.

Revisión General:

A pesar de que limpiemos y mantengamos nuestro instrumento en perfectas condiciones, al menos una vez al año se debe realizar una limpieza a fondo y puesta a punto por parte de especialistas. En MARIM realizamos esta tarea con medios de última generación, como la limpieza por ultrasonidos, con la cual eliminamos todos los restos de cal y grasa, tanto interna como externamente, garantizando el estado óptimo de tu corneta.

A continuación detallamos las partes que se deben revisar de forma periódica. En caso de surgir algún problema podéis hacernos cualquier consulta en marimalmazan@gmail.com

  • Aspecto exterior. Estado del lacado o plateado en zonas críticas debido al sudor.
  • Desagües(si los tiene). Estado del corcho, muelle. Engrase en agüero tipo Amado.
  • Vigilar las bombas, soldaduras, holguras.
  • Correcto funcionamiento de las mismas.
  • Funcionamiento con fluidez, golpes en el cilindro, topes de goma/silicona rotos o desgastados, holgura en el mecanismo.
  • Pistones. Holgura, gripadas o rayas importantes, estado de las guías y muelles.
  • Puntos rojos. Señal de podredumbre y peligro de grietas, poros, etc. Observar en el tudel, bomba general, codos de bombas, etc.
  • Golpes en codos bombas, campana, camisas de los pistones, etc.